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Letra y música: Pierre Tisserand
V'là trois millions d'années que j'dormais dans la tourbe
Quand un méchant coup d'pioche me trancha net le col
Et me fit effectuer une gracieuse courbe
A la fin de laquelle je plongeai dans l'formol
D'abord on a voulu m'consolider la face
On se mit à m'brosser mâchoire et temporal
Suivit un shampooing au bichromat' de potasse
Puis on noua un' faveur autour d'mon pariétal
Du jour au lendemain je devins un' vedette
Journeaux télévision y'en avait que pour moi
Tant et si bien du rest' que les autres squelettes
Se jugeant délaissés me battaient un peu froid
Enfin les scientifiqu's suivant coutumes et us
Voulant me baptiser de par un nom latin
M'ont appelé Pithécanthropus Erectus
Erectus ça m'va bien moi qu'étais chaud lapin
Et ces messieurs savants à bottin's et pince-nez
Sur le vu d'un p'tit os ou d'une prémolaire
Comprirent que j'possédais de sacrées facultés
Qui me différenciaient des autres mammifères
Ils ont dit que j'étais un virtuos' du gourdin
Qui assommait bisons aurochs et bonn' fortune
Que j'étais drôl'ment doué pour les petits dessins
De Vénus callipyg' aux tétons comm' la lune
Ils ont dit que j'vivais jadis dans une grotte
Ils ont dit tell'ment d'choses tell'ment de trucs curieux
Qu'j'étais couvert de poils et qu'j'avais pas de culotte
Alors que j'habitais un pavillon d'banlieue
J'étais comm' tout le mond' pétri de bonn's manières
Tous les dimanch' matins je jouais au tiercé
Je portais des cols durs et des bandag's herniaires
C'était avant la guerr' avant qu'tout ait sauté
C'était voilà maint'nant bien trois millions d'années
Vous n'avez rien à craindre y a plus de retombées
cuando un maldito golpe de pico me cortó el cuello
y me hizo efectuar una graciosa curva
al final de la cual acabé sumergido en formol.
Primero quisieron consolidarme la cara,
se pusieron a cepillarme la mandíbula y el temporal,
a lo que siguió un baño de bicromato de potasa
y luego me anudaron una cinta alrededor del parietal.
De la noche a la mañana me convertí en una vedette,
los periódicos y la televisión solo hablaban de mí
tanto y tan bien que los otros esqueletos,
sintiéndose menospreciados, me trataban fríamente.
En fin, los científicos, según es uso y costumbre,
queriendo bautizarme con un nombre en latín
me llamaron Pithecanthropus Erectus(1)…
Erectus me queda bien, pues cachondo sí que lo era.
Y esos eruditos señores con botines y quevedos,
basándose en un huesecito o un premolar,
dedujeron que yo poseía enormes facultades
que me diferenciaban de los otros mamíferos.
Dijeron que era un virtuoso del garrote,
que derribaba bisontes uro(2) y, vaya suerte,
que estaba tremendamente dotado para hacer dibujitos
de Venus Calipigia(3), con tetas grandes como lunas
Dijeron que antaño vivía en una gruta,
dijeron tantas cosas, tantos chismes curiosos,
que estaba cubierto de pelo y que no llevaba pantalones…
Cuando en realidad vivía en un chalet de las afueras;
era como todo el mundo, afectado de buenos modales,
apostaba a las carreras los domingos por la mañana,
llevaba cuellos almidonados y vendajes herniales…
Era antes de la guerra, antes de que todo saltara por los aires.
Ahora hace ya tres millones de años…
No hay nada que temer, aquello ya pasó.
(1) A finales del s. XIX el holandés Eugène Dubois creyó encontrar el «eslabón perdido» al descubrir algunos dientes sueltos, una calota craneal y un fémur —muy similar al del hombre moderno— en Java (Indonesia). Publicó estos hallazgos con el nombre de Pithecanthropus erectus (hombre-mono erguido).
(2) Especie antepasada de los bovinos domésticos, mucho más grande y robusta que éstos, extinguida en el s. XVII. Durante mucho tiempo, la ciencia tendió a confundirlos con los bisontes europeos.
(3) Venus Calipigia (‘de las bellas nalgas’), una forma de Venus adorada en Siracusa (Sicilia).
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