GEORGES BRASSENS
Supplique pour être enterré à la plage de Sète (1966)

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EN FRANCÉS
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SÚPLICA PARA SER ENTERRADO EN LA PLAYA DE SÈTE(1)
Letra y música: Georges Brassens

La Camarde qui ne m'a jamais pardonné,
D'avoir semé des fleurs dans les trous de son nez
Me poursuit d'un zèle imbécile.
Alors cerné de près par les enterrements,
J'ai cru bon de remettre à jour mon testament,
De me payer un codicille.

Trempe dans l'encre bleue du Golfe du Lion,
Trempe, trempe ta plume, ô mon vieux tabellion,
Et de ta plus belle écriture,
Note ce qu'il faudra qu'il advint de mon corps,
Lorsque mon âme et lui ne seront plus d'accord,
Que sur un seul point : la rupture.

Quand mon âme aura pris
son vol à l'horizon,
Vers celle de Gavroche et de Mimi Pinson,
Celles des titis, des grisettes.
Que vers le sol natal mon corps soit ramené,
Dans un sleeping du Paris-Méditerranée,
Terminus en gare de Sète.

Mon caveau de famille, hélas ! n'est pas tout neuf,
Vulgairement parlant, il est plein comme un œuf,
Et d'ici que quelqu'un n'en sorte,
Il risque de se faire tard et je ne peux,
Dire à ces braves gens : poussez-vous donc un peu,
Place aux jeunes en quelque sorte.

Juste au bord de la mer à deux pas des flots bleus,
Creusez si c'est possible un petit trou moelleux,
Une bonne petite niche.
Auprès de mes amis d'enfance, les dauphins,
Le long de cette grève où le sable est si fin,
Sur la plage de la Corniche.

C'est une plage où même à ses moments furieux,
Neptune ne se prend jamais trop au sérieux,
Où quand un bateau fait naufrage,
Le capitaine crie : "Je suis le maître à bord !
Sauve qui peut, le vin et le pastis d'abord,
Chacun sa bonbonne et courage".

Et c'est là que jadis à quinze ans
révolus,
A l'âge où s'amuser tout seul ne suffit plus,
Je connu la prime amourette.
Auprès d'une sirène, une femme-poisson,
Je reçu de l'amour la première leçon,
Avalai la première arête.

Déférence gardée envers Paul Valéry,
Moi l'humble troubadour sur lui je renchéris,
Le bon maître me le pardonne.
Et qu'au moins si ses vers valent mieux que les miens,
Mon cimetière soit plus marin que le sien,
Et n'en déplaise aux autochtones.

Cette tombe en sandwich entre le ciel et l'eau,
Ne donnera pas une ombre triste au tableau,
Mais un charme indéfinissable.
Les baigneuses s'en serviront de paravent,
Pour changer de tenue et les petits enfants,
Diront : chouette, un château de sable !

Est-ce trop demander : sur mon petit lopin,
Planter, je vous en prie une espèce de pin,
Pin parasol de préférence.
Qui saura prémunir contre l'insolation,
Les bons amis venus faire sur ma concession,
D'affectueuses révérences.

Tantôt venant d'Espagne et tantôt d'Italie,
Tous chargés de parfums, de musiques jolies,
Le Mistral et la Tramontane,
Sur mon dernier sommeil verseront les échos,
De villanelle, un jour, un jour de fandango,
De tarentelle, de sardane.

Et quand prenant ma butte en guise d'oreiller,
Une ondine viendra gentiment sommeiller,
Avec rien que moins de costume,
J'en demande pardon par avance à Jésus,
Si l'ombre de sa croix s'y couche un peu dessus,
Pour un petit bonheur posthume.

Pauvres rois pharaons, pauvre Napoléon,
Pauvres grands disparus
gisant au Panthéon,
Pauvres cendres de conséquence,
Vous envierez un peu l'éternel estivant,
Qui fait du pédalo sur la plage en rêvant,
Qui passe sa mort en vacances.

Vous envierez un peu l'éternel estivant,
Qui fait du pédalo sur la plage en rêvant,
Qui passe sa mort en vacances.

La chata,(2) que no me ha perdonado nunca
el haber esparcido flores en sus fosas nasales
me persigue con un celo imbécil.
Así que, rodeado de cerca por los entierros,
he creído oportuno poner al día mi testamento
pagarme un codicilo.

Moja en la tinta azul del Golfo de León
moja, moja tu pluma, oh, mi viejo escribano
y con tu más preciosa letra,
anota lo que tendrá que suceder con mi cuerpo
cuando mi alma y él ya no estén de acuerdo
más que en un solo punto: la ruptura.

Cuando mi alma haya alzado el vuelo
hacia el horizonte
hacia la de Gavroche(3) y de Mimi Pinson,(4)
las de los golfillos, de las modistillas,
que a mi tierra natal mi cuerpo sea llevado
en un coche-cama del París-Mediterráneo,
término en la estación de Sète.

Mi panteón familiar, ¡ay! ya no es nada nuevo,
vulgarmente hablando está lleno a petar
y de aquí a que alguien salga
puede que pase mucho tiempo y yo no puedo
decirles a esas buenas gentes: apretujaos un poco,
sitio a los jóvenes de algún modo.

Justo al borde del mar, a dos pasos del oleaje azul,
cavad si es posible un blando agujerito,
un pequeño nicho,
cerca de mis amigos de la infancia, los delfines,
a lo largo de esta playa donde la arena es tan fina,
en la playa de la Corniche.(5)

Es un playa donde, incluso en sus momentos furiosos,
Neptuno no se toma nunca demasiado en serio,
donde, cuando un barco naufraga,
el capitán grita: “¡Yo soy quien manda a bordo!
Sálvese quien pueda, el vino y el pastís(6) primero,
cada cual su garrafa, y valor.”

Y es aquí donde antaño, con mis quince años
que ya quedaron atrás,
en la edad en que divertirse solo ya no basta,
conocí el primer amorío.
De una sirena, una mujer-pez,
recibí del amor la primera lección,
tragué la primera espina.

Con el debido respeto hacia Paul Valéry,(7)
yo, el humilde trovador, sobre él destaco,
que el buen maestro me lo perdone,
que si bien sus versos son mejores que los míos,
al menos mi cementerio sea más marino que el suyo
y no desagrade a los autóctonos.

Esta tumba como un sándwich entre cielo y agua
no proyectará una sombra triste sobre el paisaje
sino un encanto indefinible.
Las bañistas la usarán de biombo
para cambiarse de ropa, y los niños
dirán: ¡qué guay, un castillo de arena!

Y si no es demasiado pedir, en mi parcelita
plantad, os lo ruego, una especie de pino,
pino parasol preferentemente,
que proteja de la insolación
a los buenos amigos llegados a hacer en mi sepultura
afectuosas reverencias.

Ora llegando de España, ora de Italia,
cargados de perfumes, de músicas bonitas,
el Mistral y la Tramontana,
en mi último sueño verterán los ecos
de villanescas(8) un día, un día de fandangos,
de tarantelas(9), de sardanas.

Y cuando, tomando mi montículo por una almohada,
una ondina venga a dormitar amablemente
totalmente desnuda,
pido perdón por adelantado a Jesús
si la sombra de su cruz se inclina un poco sobre ella
para un pequeño goce póstumo.

Pobres reyes faraones, pobre Napoleón,
pobres grandes desaparecidos
que yacen en el Panteón,
pobres cenizas de gente importante,
envidiaréis un poco al eterno veraneante
que se pasea en hidropedal por la playa soñando,
que pasa su muerte de vacaciones.

envidiaréis un poco al eterno veraneante
que se pasea en hidropedal por la playa soñando,
que pasa su muerte de vacaciones.

(1) Población y comuna situada en la región de Languedoc-Rosellón, en el distrito de Montpellier, donde nació Brassens.

(2) La Camarde es una figura alegórica de la muerte representada en forma de esqueleto. Su nombre procede de “camard”, que significa “que tiene la nariz plana”.

(3) Gavroche es un golfillo de París, personaje de “Los Miserables” de V. Hugo.

(4) Título de una canción de Alfred de Musset, en la que Mimi Pinson es una joven costurera.

(5) Nombre de una playa de Sète.

(6) Anís típico de Francia con un contenido alcohólico del 40-45%.

(7) Poeta nacido (1871) como Brassens en Sète, y enterrado (1945) en el cementerio marino de dicha población. (“Le cimetière marin” es además el título de uno de sus poemas).

(8) Antiguo baile rústico acompañado de canto y melodía.

(9) Baile de galanteo entre parejas de origen napolitano. Acompañada de castañuelas y de panderetas, tiene un movimiento muy vivo.

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